El proyecto se trata de una intervención a una casa de campo, teniendo como punto de partida espacios preexistentes, la primera labor fue identificar las necesidades de los espacios. Pese a que los espacios en términos generales funcionaban, eran genuinamente espacios obscuros y con elementos robustos que creaban ambientes muy pesados.
El gran reto de esta intervención es entonces incorporar luz natural. Por lo tanto, de primera estancia se proponen una serie de aperturas en las losas, así como un par celosías en ciertos muros, con la idea de incorporar luz, que dicho de otro modo la tarea es permitir que la luz natural inunde totalmente los espacios.
Una vez que se consigue incorporar la luz natural, lo que restaba es dotar de vida a los espacios, el uso de diferentes texturas y la incorporación de materiales nuevos, que en ningún momento buscan competir o contrastar, sino todo lo contrario buscamos crear una armonía entre todos los elementos. En esencia solo se incorporan materiales nuevos para dar un toque moderno y para terminar de generar espacios cálidos con respecto de los existentes. Siendo el barro el gran protagonista de esta intervención.
Articular los espacios entre si también fue una tarea que se atendió para la propuesta. Convertir la sala en un espacio acogedor se consiguió al conectarla directamente con la terraza. Para el comedor se buscó un poco de lo mismo, buscamos crear un espacio muy bien equilibrado entre el interior y lo exterior, que para ambos casos se consigue descartando un par de muros.
El proyecto a grandes rasgos se resume en una intervención, que incorpora elementos nuevos, para revitalizar la atmosfera, iluminar los espacios para generar espacios más cálidos y conservar y celebrar los elementos más simbólicos de la preexistencia